Valor del mes: MisericordiaLema del mes: «Nos das la feliz esperanza de
arrepentirnos» (Sab 12, 19)
Objetivo:
Preparar a los integrantes de la Pastoral Juvenil a la vivencia del camino cuaresmal, mostrándoles la importancia de este tiempo de preparación, gracia y misericordia, que nos invita a la conversión y al encuentro con Dios, motivándolos a vivir la Cuaresma con esperanza.
Preámbulo:
Estamos a punto de iniciar un tiempo muy especial en
nuestro camino de fe: la Cuaresma.
Este periodo de gracia, sacrificio y penitencia es,
sobre todo, un tiempo de amor y misericordia. Dios, en su infinita bondad, nos concede
estos 40 días para que podamos acercarnos a Él con confianza. Nos desapeguemos
de los placeres pasajeros, sanemos nuestro interior y experimentemos, en las
acciones penitenciales y comunitarias su abrazo misericordioso.
Oración inicial:
Amado Jesús, rostro de la misericordia del Padre Celestial,
hoy te damos gracias por este día en el que unidos como comunidad de hermanos
nos preparamos a vivir la gracia del tiempo cuaresmal. Confiados en tu bondad
nos adentramos en este tiempo de oración y penitencia dispuestos a encontrarnos
cara a cara contigo.
Te suplicamos con humildad que abras nuestros
corazones a tu gracia, para que podamos reconocer nuestras faltas y
experimentar tu perdón. Danos la esperanza de saber que, en cada paso de este
peregrinar por el sendero de la esperanza, tu misericordia nos acompaña.
Amén.
Introducción
La Cuaresma es un tiempo de preparación. Es una
llamada que la Iglesia nos hace a reflexionar sobre la misericordia divina y un
abrazo de parte de Dios que nos acoge en su piedad a pesar de todas nuestras debilidades.
Hoy, como comunidad de hermanos, nos preparamos a
vivir este sendero de esperanza que es el Tiempo de Cuaresma, en el que el
mismo Señor Jesús nos invita en el evangelio de Lucas 6, 36-37 «a ser misericordiosos
como nuestro Padre Celestial es misericordioso».
Preguntas para reflexionar
¿Qué significa para ti la misericordia de
Dios?
¿En qué momentos de tu vida has
experimentado la misericordia divina?
¿Cómo puedes vivir la Cuaresma como un
tiempo de encuentro con la misericordia de Dios?
¿De qué manera nuestras acciones reflejan
la misericordia de Dios hacia los demás?
¿Cuál es el mayor obstáculo que
encontramos para aceptar la misericordia de Dios?
Empecemos por el principio ¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma es un tiempo único. Es un llamado a la conversión.
Es una invitación que nos hace la Iglesia, como pueblo de Dios al que
pertenecemos todos, a examinar nuestra manera de actuar.
En este tiempo estamos invitados a meditar en torno a
nuestras faltas y suplicar a Dios su misericordia pidiéndole perdón.
En la Cuaresma estamos llamados a la oración, a la
reflexión, al arrepentimiento y a practicar la justicia. No es sólo hacer
sacrificio para evitar un castigo, sino de desapegarnos de ciertos placeres
para tener la oportunidad de sanar interiormente y reconciliarnos con Dios y
con los demás.
La Cuaresma y la Misericordia de Dios
La Cuaresma es un recordatorio de que Dios siempre
está dispuesto a colocar su corazón en nuestras miserias. A través de este
tiempo de gracia la Iglesia nos muestra cuán necesitados estamos de que Dios se
compadezca de nosotros.
En este recorrido cuaresmal nos desprendemos de los
bienes materiales, haciendo obras de caridad. Al compartir la limosna participamos
de la misericordia con el más necesitado. Realizamos abstinencia como sacrificio
de un alimento agradable con el fin de desapegarnos de algo que nos gusta para encontrarnos
mejor con Dios. Incrementamos nuestra oración para acercarnos más al Señor y llenarnos
de su presencia.
Es en este tiempo de gracia una oportunidad para
experimentar de manera personal y comunitaria, la misericordia de un amor que
perdona. Pero, es a través de una firme decisión: «Orando a Dios para que nos
permita ser misericordiosos como él».
La Cuaresma: Un camino de esperanza
La Cuaresma no es un tiempo de tristeza, sino de
esperanza. Sabemos que, al final del camino, nos espera la alegría de la
Resurrección, la victoria del amor sobre el pecado y la muerte.
Es un camino lleno de la esperanza que nos concede saber que Dios es un Padre misericordioso que siempre está dispuesto a perdonarnos. Su amor es incondicional y nos ofrece la oportunidad de empezar de nuevo, sin importar nuestros errores.
¿Qué viviremos en Cuaresma?
Durante estos cuarenta días de meditación debemos
estar dispuestos a realizar las llamadas «practicas cuaresmales».
Estas prácticas nos permiten abrir nuestro corazón a
la misericordia divina y compartirla con quienes más lo necesitan. Estas son:
Oración: Un diálogo íntimo
con Dios, donde le abrimos nuestro corazón y le pedimos su guía y fortaleza.
Ayuno: Un acto de
renuncia que nos ayuda a liberarnos de lo que nos ata y a centrarnos en lo
esencial.
Limosna: Un gesto de
solidaridad con los más necesitados, que nos recuerda que somos hermanos y
hermanas.
Siendo misericordiosos nos asemejamos al Señor
Jesús nos exhorta a vivir la misericordia como una
decisión. Estamos llamados «a ser misericordiosos como el Padre Celestial es
misericordioso», pero esa invitación es diaria. Es en nuestro quehacer
cotidiano.
Siendo capaces de acercarnos continuamente a la
oración. Es estar dispuestos a sacrificarnos para liberarnos de todo aquello
que nos puede atar y es ayudando a los otros como nos hacemos reflejos de
Cristo en medio de un mundo cada vez más necesitado de la presencia de Dios.
Reflexiones sobre el tema tratado
La Cuaresma es un tiempo para dejarnos sorprender por
la misericordia de Dios.
La misericordia nos impulsa a ser misericordiosos con
los demás, especialmente con los más necesitados.
La Cuaresma es un tiempo para renovar nuestra
esperanza en el amor de Dios.
La misericordia nos llama a la acción, a ser agentes
de cambio en un mundo que necesita amor y compasión.
La misericordia transforma nuestras vidas y nos hace
testigos del amor de Dios.
¿Qué haré para vivir en esta Cuaresma
siendo reflejo de misericordia en la vida de los demás?
¿Qué acciones específicas realizaré para
transmitir la misericordia en mi familia, en mi comunidad de Pastoral Juvenil y
en la sociedad?
Conclusión
La Cuaresma es un regalo de Dios, un tiempo para
experimentar su misericordia y renovar nuestra vida.
Que este tiempo nos encuentre con el corazón abierto,
y con la alegría de saber que Dios nos ama infinitamente. Que podamos vivir
esta Cuaresma como un tiempo de conversión, de esperanza y de servicio,
llevando la misericordia de Dios a todos los que nos rodean.
Oración final
Amado Señor, al concluir esta reflexión queremos darte
gracias por tu amor, tu bondad y tu misericordia.
De todo corazón, te queremos pedir que nos concedas la
llama de la esperanza para vivir esta Cuaresma con un corazón humilde. Que cada
acción que realicemos nos permita ser reflejo tuyo en medio de la sociedad y que
tu misericordia nos transforme y nos haga testigos de tu amor en el mundo.
Amén.
Autor: Juan Pablo Jiménez
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