Valor del mes: Solidez de la EsperanzaLema del mes: «La esperanza no defrauda» (Rom 5, 5a)
Objetivo: Impartir a los integrantes de Pastoral Juvenil una catequesis sobre los elementos fundamentales del dogma de la Santísima Trinidad, partiendo de lo que enseñan las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Preámbulo:
En fe sabemos que Jesucristo vino a revelarnos que Dios es una comunidad de amor. Que nuestro Dios, la Santísima Trinidad, —Padre, Hijo y Espíritu Santo—, es un solo Dios verdadero que se revela a la humanidad para darnos vida en abundancia.
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. (Catecismo de la Iglesia Católica 234). Hoy conoceremos qué nos enseña la Iglesia acerca de nuestro Señor.
Oración inicial
HIMNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor Dios nuestro.
Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh, Palabra del Padre, te escuchamos;
oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
oh, Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
haz de nuestras almas tu cielo,
llévanos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro.
Amén.
Introducción
La Santísima Trinidad es el gran misterio de nuestra fe. Un solo Dios en tres personas distintas, pero de una únicanaturaleza. Es el gran misterio de Dios en sí mismo (CIC 234) «que no puede ser conocido si no es revelado desde lo alto» (CIC 237, citando Concilio Vaticano I: DS3015).
Hoy, procuraremos internarnos en este misterio de amor de Dios, partiendo de las enseñanzas de la Iglesia sobre la fe trinitaria. La manera en que esta se nos revela como comunión de esperanza. Lo haremos por medio de una catequesis sobre lo manifestado por la Iglesia en torno a la Santísima Trinidad.
Preguntas de reflexión
¿Qué te dice a ti la frase de San Agustín: «el Padre es el amante, el Hijo es el amado y el Espíritu Santo es el amor que mantiene unidos a los dos»?
¿Por qué piensas que la Iglesia considera a la Santísima Trinidad el gran misterio de nuestra fe?
Si tuvieras tú que definir —basándote en tus conocimientos previos— en qué consiste el misterio de la Santísima Trinidad, ¿cómo lo definirías?
La Santísima Trinidad: Un misterio cimentado en el amor
La Santísima Trinidad es el Dios en el que creemos los católicos. En su nombre fuimos bautizados. Lo expresamos así al recitar el Credo —que es nuestra profesión de fe— y lo vivimos cada día cuando nos persigamos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero ¿cómo podríamos definir a la Santísima Trinidad? Como la comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿No entiendes esta definición? Lo que pasa es que es un misterio y sólo puede entenderse desde la fe y la apertura del corazón.
San Agustín lo trató de explicar hace muchísimos años cuando dijo que «el Padre que ama, engendra al Hijo que es amado y de ese amor brota el Espíritu Santo». ¿Aún así sigues sin entenderlo? Es que es un misterio, y como dijo el monje cristiano del S. IV Evagrio Póntico: «Dios no puede ser captado por la mente», o sólo por la mente, porque es necesario razonar sobre qué creemos. Ya lo dijo San Juan Pablo II:"La fe y la razón son como las dos alas con las cuáles el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad."
Entonces, ¿cómo debemos buscar comprender ese amor? Dejándonos encontrar por el amor de Dios. Pues, al «Dios que buscamos» (S. Agustín, de la Trinidad) es el que sale a nuestro encuentro (CIC, 26) para mostrarnos su amor.
La Santísima Trinidad: Una aproximación bíblica
Para intentar conocer este amor incalculable debemos irnos a las Sagradas Escrituras.
No obstante, es necesario puntualizar que la expresión «Trinidad» o «Santísima Trinidad» no aparecen literalmente en la Biblia, sin embargo este concepto es revelado de manera implícita y conceptual a lo largo de sus páginas.
Desde aquel «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» del libro del Génesis, hasta los relatos de los evangelios del Bautismo del Señor o la formula bautismal de Mateo 28, 19, en la que Jesús envía a sus apóstoles a «Ir por el mundo y hagan discípulos a todas las personas, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», se nos revela este amor trinitario, «que ha sido derramado en nuestros corazones» (Romanos 5, 5) como esperanza que no defrauda.
Pero meditemos en una lectura especifica en la que se manifiesta este amor trinitario contenida en el Evangelio de Juan.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan (16,12-15)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que les irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se lo anunciará.
Palabra del Señor.
Conocemos al Padre y al Espíritu Santo porque el Hijo se encarnó y nos reveló su amor.
Aunque desde la antigüedad Dios Padre se manifestó y fue hablándole al pueblo de Israel, es con la Encarnación de Cristo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, que podemos conocer la esencia trinitaria de Dios y por medio del Espíritu Santo —maestro interior de nuestro ser— es que se nos revelan estas verdades de fe. Las cuales podemos vivir en comunión con toda la Iglesia, Cuerpo de Cristo que peregrina en el mundo, nuevo pueblo de Dios.
El enigma de la Trinidad: No son tres dioses, es un solo Dios verdadero que vive en comunidad
Nuestro Dios, la Santísima Trinidad es un solo Dios verdadero. Creemos en Dios, Padre todo poderoso… (Credo de Nicea-Constantinopla). Él es Dios.
Creemos en Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos… (Credo de Nicea-Constantinopla), quien es la Palabra encarnada (Juan 1, 14), el rostro de la misericordia del Padre (Papa Francisco), el Mesías y Dios con nosotros (Is 7, 14) que ha venido a la humanidad para poner su tienda entre nosotros y salvarnos (Juan 1, 14).
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida (Credo de Nicea-Constantinopla) que enciende en nuestros corazones ese amor del que ha brotado. Son tres personas divinas, pero no tres dioses. Es un solo Dios verdadero que nos ama que se manifiesta en tres personas divinas y que forman una sola comunidad.
¡Chicos, esto nos trasciende! Es un misterio, pero es la verdad de nuestra fe. Dios que es amor y nos ama vive en comunidad. El Padre que nos ha creado por amor, envió a su Hijo a redimirnos del pecado y sigue salvándonos a través de la acción del Espíritu Santo, por medio de su Iglesia.
Reflexionando en torno al tema
La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe y el fundamento de nuestra vida. Este misterio, que se sostiene en el amor, nos enseña a amar.
Hagamos introspección de el material tratado hoy reflexionando en la siguiente pregunta:
¿Cómo seré reflejo del amor comunitario del Santísima Trinidad en mi familia?
Interioricemos esta pregunta en silencio y luego de unos minutos compartamos lo que hemos meditado con la comunidad.
A modo de conclusión
En fe sabemos que Dios Padre nos creo por amor. Que este Padre amoroso envió a su Hijo a salvarnos y que de ese amor de ellos brota el Espíritu Santo que es el amor que recibimos en nuestros corazones y nos impulsa a amar.
Oración final
Oh, amoroso Dios, tú mereces todo el honor, la gloria y la honra. En este día, después de recibir esta catequesis, te agradecemos por poner ante nosotros este gran misterio de nuestra fe, que es tu amor incomparable.
Danos la gracia de crecer en la fe y en tu amor a través de la vida comunitaria para ser en medio del mundo signos visibles de tu amor.
Todo esto te lo pedimos, Padre, en nombre de tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Comentarios
Publicar un comentario